TU CEREBRO ODIA EL CAMBIO Y QUÉ PUEDES HACER AL RESPECTO

Tu cerebro odia el cambio. Esta es la razón por la cual muchas iniciativas se quedan ensueños y planes, no pasan a la acción y más del 80 % de lo que deseas está en tu mente pero no en la realidad. ¿Por qué odia el cambio?


Nuestro cerebro tiene estructuras sinápticas responsables de los pensamientos, emociones y acciones, desde las cosas que odias, las personas que admiras, la habilidad de conducir o nadar. Son rutas de decisión y acción generalizadas, que tu cerebro ha vuelto en paradigmas, en otras palabras, tu cerebro está hecho para hacerte la vida más fácil.


Nuestro cerebro piensa en términos de economía y preservación del equilibrio. Le gusta establecer niveles de gasto y recuperación de energía estables, ello ayuda a su supervivencia y es como una máquina que le gusta tener todo controlado y presupuestado, si tiene una cifra de cuánta energía manejas y cuanto gastas, sabrá cuánta tiene que recuperar y con esa cifra se queda, de hecho detesta que le cambien los planes y que deba hacer nuevos cálculos para saber cuánta energía debe gastar y recuperar.


A nuestro cerebro le gusta el equilibrio, y el cambio implica un desequilibrio que lo altera profundamente. Lo he podido vivir con mis clientes de Coaching, vienen por un objetivo muy pragmático y terminan descubriendo que en el proceso se empiezan a movilizar estructuras que no tenían previstas, lo cual provoca emociones no tan agradables, derivadas del profundo dolor y la confrontación al cambio.


Es como cuando vas al odontólogo a hacerte un blanqueamiento dental y resulta que te dicen que necesitas ortodoncia y para ello es necesario remover unas cuantas cordales, lo que te producirá dolor, inflamación y dificultad para comer. Tú te preguntas: ¿Qué deseo: dientes blancos o dientes derechos y armónicos donde el blanco sea congruente con unos dientes sanos? Tu respuesta indicará la facilidad que tienes para lidiar con los cambios profundos, a pesar de lo demorados o dolorosos que puedan ser.


A la larga el cambio es extraordinario, pero el camino puede ser confrontador y doloroso. Por ellos no todos lo hacen y al decidir hacerlo sin duda te harás una persona valiente, del grupo de las pocas que toma su vida en serio.


Tu cerebro así como el mío, detesta el cambio, hará todo lo posible para hacerte creer que no es posible lograr lo que te propones, que estabas mejor antes, que el cambio es un esfuerzo y una inversión que no te conviene, que es un desperdicio o que sufrirás muchísimo en el camino a lograr lo que deseas teniendo en cuenta lo que recibirás a cambio. ¿Hay algo que podamos hacer al respecto? Claro que sí.


Cuando tu cerebro no está entrenado efectivamente es tu peor enemigo, pero cuando lo entrenas es un aliado increíble, que aprende a condicionarse para evitar la rutina y buscar el cambio. Así como las personas entrenan su cuerpo buscando resistencia, fortaleza, equilibrio y elasticidad, así es posible empezar a entender el cerebro y conducirlo a que haga lo que deseamos y nos colabore, no al revés.


Tu cerebro y el mío están capacitados para convertirnos en personas exitosas, plenas y satisfechas, pero para eso hay que entrenarlo y una de las mejores herramientas que conozco para hacerlo es la Programación Neurolingüística (PNL).


¿Te animas?

Escrito por: Luis Rodríguez

Coach Ejecutivo certificado por la ISNS. Practitioner de Programación Neurolingüística y Neuro-semántica.

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